BREVE COMENTARIO SOBRE LAS PERDIDAS
SUFRIDAS POR LA UNTERSEEBOOT EN EL TEATRO DE OPERCACIONES DEL CARIBE.
Por Maximino Gómez Álvarez
Durante el año 1942, la guerra submarina produjo enormes pérdidas en los Aliados, llegando a amenazar seriamente con la paralización del transporte de armamentos, combustible y mercancías de todo tipo hacia su destino final. Durante este periodo denominado “happy times”, la Unterseboot Flotille experimentó la destrucción de sólo 86 de sus submarinos, pérdidas estas, comparativamente muy inferiores a las sufridas por las marinas mercantes de los Aliados; de este número de unidades submarinas, sólo 6 tuvieron lugar en el escenario del Caribe y Golfo de Méjico, zonas donde, por otro lado, los alemanes cosechaban los más grandes éxitos de toda su campaña.
Durante este periodo denominado “happy times”, la Unterseboot
Flotille experimentó la destrucción de sólo
86 de sus submarinos
En la medida que las fuerzas aliadas se fueron recuperando y frenando el empuje alemán, y a pesar de que las pérdidas de mercantes aún seguían siendo colosales, el total de submarinos hundidos se había incrementado hasta alcanzar el número de 238, cifra, no obstante, que continuaban siendo mínimas en comparación con los hundimientos registrados en las flotas de cargueros. Aunque para estas fechas ya se vislumbraba un cambio sustancias en el curso ulterior que seguiría esta confrontación, las pérdidas del III Reich, fundamentalmente en la zona del Caribe, continuaban siendo extremadamente reducidas, sólo 7 u-boats habían sido hundidos en ese teatro de operaciones durante todo el año 1943. Hemos de señalar que la mayoría de los hundimientos realizados durante este periodo por los Aliados tuvieron lugar principalmente en el Atlántico Norte, en la zona de las Azores, Mediterráneo y en menor cuantía el Atlántico Sur, Mar de Barens y otros enclaves. También resulta oportuno señalar, que tanto en estos primeros años, como durante todo el resto de la campaña, los hundimientos de u-boats habían sido posibles en su gran mayoría con la utilización de la aviación, la acción combinada de esta con fuerzas navales y en menor número por la acción sólo de embarcaciones de guerra. Como es sabido, con el incremento de las fuerzas navales y aéreas, la apertura de bases y estaciones navales, así como la introducción del sistema de convoyes en el teatro de operaciones de la Batalla del Caribe, el Almirante Döenitz se vio forzado a iniciar un repliegue hacia otras zonas, en especial, el Atlántico norte. El curso mismo de la guerra en Europa y el Pacífico hacían cada vez más difícil la recuperación de la ventaja con que en un inicio había contado la Kriegmarine y su flota de submarinos. En los años siguientes, 1944 y 1945 las pérdidas de u-boats alcanzaron la cifra de 369 unidades hundidas. Las ventajas obtenidas en los primeros años del conflicto habían desaparecido definitivamente, produciéndose el colapso inevitable del III Reich.
Las ventajas obtenidas en los
primeros años del conflicto habían desaparecido definitivamente.
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