LAS
SEÑALES NÁUTICAS
Por Maximino Gómez Alvarez
Recuerdo de pequeño,
durante la celebración de determinadas
fechas patrióticas, como el Grito de Yara, que mi padre solía llevarme de paseo
por la Bahía de la Habana y en más de una ocasión pude ver buques de nuestra
Marina engalanados con banderas multicolores que yo interpretaba como adornos
de fiesta, hasta que pronto mi progenitor me aclaró que aquello en realidad
eran “banderas de señalización náuticas”. Aún hoy en día, a pesar de los
progresos tecnológicos operados en el campo de las comunicaciones, sobreviven esta
y otras formas de comunicación como señalización náutica.
Las señalizaciones
náuticas surgieron en el pasado debido a la necesidad de los buques de
comunicarse a grandes distancias; el primer intento de crear señalizaciones
náuticas de que se tiene noticias data del siglo 341 a.c., elaborado por el
griego Eneas Táctico, quien describe un primitivo sistema de señalización con
una vasijas de barro llenas de agua y la utilización de una palo con medidas
determinadas que al ser observadas de lejos brindaban una información,
siguiendo un código previamente establecido, ejemplo: “prepararse para el
ataque” correspondía a tres medidas del palo en el recipiente. El historiador,
también griego, Polibio inventó un sistema con la utilización del alfabeto
griego, empleando cinco antorchas para enviar los mensajes con lo que se podía
transmitir a distancia, complicados informaciones con relativa facilidad y
rapidez; sin embargo, este sistema quedó en el olvido durante casi 2000 años.
El envío de mensajes con la utilización de velas tiene también un origen
remoto, y consistía en el uso de velas de diferentes colores para indicar,
según su posición, una determinada información.
Ya en el siglo XIV se
generalizó el uso de izar y arriar las velas para indicar la proximidad del
enemigo y durante los siglos XV y XVI se
complejizó este sistema con el uso de un código que contemplaba izar y arriar
las velas distinto número de veces e incluso cambiando de vela con lo que se
lograba el envío y recepción de diferentes mensajes. En el siglo XIX se
introduce por primera vez el sistema de señales con banderas, pero incluso,
Armadas como la británica, conservaban el uso de velas perfeccionado, por
permitir transmitir mensajes a más distancia. En 1817, el Capitán William Marrymat publicó el “Código de Señales para la Marina Mercante”
que permaneció en uso hasta 1879; dicho sistema era en extremo sencillo y
empleaba sólo diez banderas de señales (seis cuadradas, dos triangulares y dos
cornetas), así como un número ilimitado de gallardetes; dicho sistema se basaba
en izar una cantidad determinada de banderas para formar un número que
correspondiera a mensajes prestablecidos por el Código Marryat. En 1859 el
Capitán Chapman, también de la Marina británica, publicó una obra denominada “Código de señales utilizable para todas
las naciones”, con la clara intención de establecer un sistema único
internacional que permitiera ser reconocido por cualquier nación y su
aplicación estaba destinada fundamentalmente a la marina mercante; no obstante,
este código careció de difusión y no logro su intención por falta de un acuerdo
internacional.
No es, sin embargo
hasta 1931, que se crea y se acepta por fin un “Código Internacional de Señales”, que logró establecer un standar
reconocido por todas las naciones del mundo y este es el sistema que se sigue
utilizando y comprende 40 banderas distintas, 26 para letras del alfabeto, 10
para números, tres repetidores, llamados también sustitutos y un gallardete de
inteligencia utilizado para identificar el código para dar respuesta ó como
punto decimal; así mismo, cada bandera posee un significado individual; así,
por ejemplo, al entrar a puerto e izar la bandera “G” (bandera de 6 franjas
azules y amarilla verticales) indican a la autoridad portuaria que la
embarcación necesita un práctico. Las banderas de señalización desde los
primeros momentos adoptaron formas geométricas en su diseño (cuadrado,
rectángulo, triángulos, conos etc.), por permitir estas formas su
reconocimiento más fácilmente a largas distancias.
Queremos concluir, que
existen desde hace mucho tiempo, otras formas alternativas de señalizaciones
por semáforos o en las embarcaciones con el uso de blinkers para transmitir en
clave Morse, esto permite la capacidad de comunicación y
señalización en horas nocturnas, cuando resulta imposible el uso de banderas,
al tiempo que evade con bastante eficacia el rastreo de una embarcación por el
enemigo desde largas distancias al permanecer en “silencio radial”, .
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