LA MUERTE ACECHA EN EL HORIZONTE
Por Maximino Gómez Álvarez (historiador y Vice Presidente de la Asociación para la Investigación y Difusión de la Historia Naval de Cuba)
Más Información dirijase a: cchnavalhistory@hotmail.com
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En el Puerto de Sagua la Grande corría una tenue
brisa, era la tarde del 15 de mayo de 1943, los mercantes Wanks y Camagüey de
banderas hondureña y cubana respectivamente habían soltado amarras para
dirigirse, formando convoy, rumbo al puerto de Matanzas; en más de tres
ocasiones se había fijado la hora de partida sin que existiera una causa
aparente, lo que sólo podía ser explicado con la intención de crear confusión,
si dicha información lograba filtrarse al enemigo; no obstante, finalmente se
dio la orden de zarpar, debido a que entre otras prohibiciones, se había
establecido la de no navegar de noche, si ello no era absolutamente necesario,
por los peligros que entrañaban la presencia de los submarinos que aprovechaban
la oscuridad nocturna para efectuar sus ataques. A bordo del mercante cubano
reinaba un sentimiento de tristeza y desolación, sólo habían transcurrido unas
horas, desde que se había producido el artero ataque de un sumergible alemán
contra el buque cisterna cubano Mambí, con un saldo elevado de víctimas. El
desconcierto se había apoderado de la tripulación cubana; algunos
marineros habían traído consigo desde
tierra los últimos ejemplares de la prensa nacional y del periódico local El
Comercio, que con enormes titulares desplegaban la nefasta noticia del
hundimiento del mercante; los marineros
cubanos habían decidido, aún sin contar con instrucciones al respecto por parte
de la compañía naviera que operaba su embarcación, ordenar izar a media asta la enseña nacional
en señal de luto por los camaradas caídos en el cumplimiento de su deber. La
posibilidad real de ser víctimas de un ataque similar hacía aumentar cada vez
más el temor entre todos, pero al mismo tiempo, un sentimiento de solidaridad
les daba fuerza para enfrentar cualquier sacrificio.
Al enfilar la boca de la bahía,
se habían sumado tres buques caza
submarinos con los que se formarían convoy para dirigirse a su próximo destino;
algunos marineros permanecían en cubierta o muy cerca del puente de mando en
silencio y con sus ojos fijos en la inmensidad del mar, algunos recordaban las
anécdotas de los sobrevivientes, quienes había sufrido aquella experiencia
infernal e inenarrable de cadáveres flotando entre maderos, en un mar denso y
pegajoso, mezcla de agua salada, aceite, combustible y sangre que lo hacía
nauseabundo e incluso asfixiante, cuando las emanaciones de amoníaco
procedentes del Nickeliner, igualmente torpedeado, comenzaron a impregnar la
atmósfera que envolvía aquel apocalíptico paisaje.
Tres días antes, el 12 de Mayo de
1943 y cerca de las 18:00 horas, el buque tanque Mambí de la Cuban Destilling
Company, procedente de La
Habana, fondeaba en el puerto de Nuevitas, allí debía
permanecer hasta la mañana del día siguiente en que zarpó con dirección a Cayo
Mambí en el Puerto de Sagua de Tánamo para cargar miel y más tarde unirse a un
convoy con destino a Estados Unidos;
sorpresivamente se produjo un cambio en el programa del itinerario del
buque, muy cerca de las 23:00 horas se recibieron señales desde un cazasubmarinos
cubano que ordenaba al mercante hacerse
de inmediato a la mar acompañando al
buque cisterna Nickeliner de bandera norteamericana, el cual transportaba
amoníaco líquido, el que debía descargar en los muelles de Lengua de Pájaro. Ya
fuera del puerto, el Mambí, el único mercante cubano artillado, con dos
ametralladoras calibre 30mm. a ambos lados del puente de mando y con un cañón
de 3 pulgadas
en la zona de popa, junto al Nickeliner formaron convoy, y los dos mercantes
comenzaron a navegar uno muy cerca del otro escoltados por dos caza submarinos
de la Marina
cubana; era el Convoy NC-18.
"Buque tanque cubano "Mambí". Foto Archivo del autor.
A 6 millas de Faro Manatí,
en estado de alerta y en absoluto silencio flotando sobre la superficie del
mar, se encontraba el U-176, cuyo casco totalmente pintado de negro sólo
exhibía el dibujo de un enorme Balkenkreuz con la silueta del un IXC, que como un
gigantesco tatuaje, mostraba en el latera de su torre.
El U-176 era un sumergible del
tipo IXC de gran autonomía, poseía dos motores diesel y dos eléctricos; su
armamento lo integraban un cañón de 105/45, 22 torpedos y 12 minas; fue
diseñado y construido en los Astilleros de la Deutsche Schiff
und Mashinenbau AG Weser de Bremen, de donde fue botado después de una solemne
ceremonia, el 12 de Septiembre de 1941, siendo designado como su Comandante el
Korvettenkapitan Reiner Dierksen, quien desde entonces se había propuesto
llegar a hacer realidad su sueño de convertirse en uno de los llamados “reyes
del tonelaje”. El U-176 y su Comandante
fueron asignados a la 4ª Flotilla de entrenamiento donde permanecieron desde
diciembre del 1941 hasta Julio de 1942, que pasaron, por orden del alto mando,
a formar parte de la 10ª Flotilla con base en Lorient, Francia; el 21 de Julio
de 1942 zarpa de Kiel con destino a cumplir misiones en el Atlántico Norte,
durante esta, su primera incursión, el U-176 hunde seis buques; el primero de
ellos, el mercante británico Richmon Castle, es hundido el 4 de Agosto; días
más tarde el 8 de Agosto, lleva a cabo el hundimiento de los cargueros
británicos Kelso y Trahata y el de bandera griega Mount Kassion que formaban el
Convoy SC-94; al día siguiente, 9 de Agosto, echa a pique otro buque de nacionalidad inglesa, el Radchurch
perteneciente al mismo convoy y semanas después, el 25 de Agosto, hunde al
carguero inglés Empire Breeze del Convoy ON-122. Entre el 9 de Noviembre de
1942 y Febrero de 1943, el U-176 llevó a cabo el hundimiento de otras tres
embarcaciones; el 27 de Noviembre hunde al mercante holandés Polydorus, al que
persiguió sin descanso durante más de 50 horas, convirtiéndose así en la
persecución más larga llevada acabo por un u-boat durante toda la guerra; el 13
de Diciembre de 1942 hunde a cañonazos al mercante sueco Scania, después de
haberlo abordado, y días más tarde, el 16 de Diciembre, hunde el buque inglés
Observer. La tercera misión de éste sumergible comenzó, cuando zarpó de Lorient
el 6 de Abril de 1943, para operar en aguas cubanas.
Astilleros Deutsche Schiff
und Mashinenbau AG Weser de Bremen, donde fue construido el U-176. Foto Archivo del autor.
La noche era despejada y con una luna brillante,
cuando el convoy apareció en el horizonte visible del submarino, éste se
sumergió cautelosamente y volvió a permanecer en silencio, esta vez al acecho;
eran cerca de las 04:00 de la madrugada, cuando el Capitán alemán ordenó
disparar el primer torpedo en dirección al barco cubano Mambí y poco después
repetía la operación, esta vez sobre el buque estadounidense; aún no se había
producido el primer impacto cuando el sumergible inició su inmersión a toda
velocidad al tiempo que emprendía una sigilosa y rápida acción de evasión.
El Capitán de Corbeta Reiner Dierksen, Comandante del U-176.
El primer torpedo hizo blanco
sobre la nave cubana a la altura del puente de mando, partiendo su casco en dos
mitades, lo que provocó su rápido hundimiento, casi simultáneamente se producía
el impacto del otro torpedo alemán sobre el Nickeliner, abriéndole un enorme
boquete y provocando un dantesco
incendio, cuyas llamas no tardaron en propagarse por toda la nave; no obstante,
por sus características, dicha embarcación tardó en hundirse, lo que permitió
que todos sus tripulantes pusieran a salvo sus vidas, una suerte muy diferente
a la que correrían los tripulantes de la embarcación cubana; de sus 34
miembros, sólo 10 pudieron llegar a tierra con vida.
El U-176 en una de sus patrullas. Fotos Archivo del Autor.
Los cazasubmarinos que servían de
escolta, sobrepuestos a la sorpresa inicial, emprendieron de inmediato, junto
con el destructor norteamericano USS Brennan, una frenética búsqueda del
submarino atacante, pero sin éxito alguno; el U-176 había logrado su nefasto
propósito, escapando rápidamente de la persecución de las naves cubanas y
norteamericanas, al sumergirse en las profundidades marinas. Con el hundimiento
del Mambí y Nickeliner, se elevaban a once, las embarcaciones, enviadas al
fondo del mar por el U-176 y su astuto Capitán.
Tomado de la obra:
"U-boats del III Reich en Cuba" Entrelineas Editores, Madrid 2009.
ISBN: 978-84-9802-959-8.
Capítulo I, La Muerte acecha en el Horizonte.
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